El electricista industrial desarrolla una profesión que entraña unos riesgos determinados a los que no se enfrentan otros profesionales del sector. La electricidad industrial es aquella que no va destinada al consumo doméstico o comercial, sino al industrial, lo que implica un voltaje y un amperaje de volumen mucho mayor. Con esto los riesgos también son mayores, por lo que el conocimiento del profesional de la electricidad debe estar adaptado a tales requerimientos.
Es, por tanto, que todo electricista industrial sebe conocer y controlar a la perfección cada una de las herramientas más importantes de su actividad, que son bastante más complejas que las de un electricista ordinario. Por ejemplo, entre las imprescindibles se encuentran los voltímetros y amperímetros con capacidad de medición industrial, las pinzas eléctricas, que se deben manejar con especial cuidado, o los solventes dieléctricos, así como la amplia variedad de destornilladores, pelacables y llaves para elaborar cualquier trabajo.
